Platos rotos
"No existen hombres que nunca hayan roto un
plato. No ha nacido el genio que nunca fracase en algo. Lo que sí existe es
gente que sabe sacar fuerzas de sus errores y otra gente que de sus errores sólo
saca amargura y pesimismo. Y sería estupendo educar a los jóvenes en la idea de
que no hay una vida sin problemas, pero lo que hay en todo hombre es capacidad
para superarlos.
No vale, realmente, la pena llorar por un plato
roto. Se compra otro y ya está. Lo grave es cuando por un afán de perfección
imposible se rompe un corazón. Porque de esto no hay repuesto en los
mercados."
El escrito no es mío, sino de Martín Descalzo, un sacerdote nacido en Toledo (como Miguel) pero vallisoletano de adopción, que además de ser un gran cura lleno de humanismo, escribía muy bien.
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