martes, 7 de abril de 2015

Sobre la resurrección de Jesús...

Quizá pueda interesar adentrarnos en lo que podemos saber y lo que podemos decir sobre la resurrección de Jesús. No siempre es fácil poder diferenciar lo que "es real", de lo que "es histórico", de lo que es "objetivo" o de lo que es sólo vivencia de los seguidores de Jesús, o lo "subjetivo". Aquí os dejo un pequeño vídeo de casi 20 minutos que trata de dar algo de luz sobre todos estos asuntos...


 

viernes, 13 de marzo de 2015


Platos rotos

"No existen hombres que nunca hayan roto un plato. No ha nacido el genio que nunca fracase en algo. Lo que sí existe es gente que sabe sacar fuerzas de sus errores y otra gente que de sus errores sólo saca amargura y pesimismo. Y sería estupendo educar a los jóvenes en la idea de que no hay una vida sin problemas, pero lo que hay en todo hombre es capacidad para superarlos. 
No vale, realmente, la pena llorar por un plato roto. Se compra otro y ya está. Lo grave es cuando por un afán de perfección imposible se rompe un corazón. Porque de esto no hay repuesto en los mercados."
El escrito no es mío, sino de Martín Descalzo, un sacerdote nacido en Toledo (como Miguel) pero vallisoletano de adopción, que además de ser un gran cura lleno de humanismo, escribía muy bien. 

domingo, 8 de marzo de 2015

El vaso medio vacío

Me uno a la siguiente reflexión de José María R. Olaizola sj sobre el sentido del arte y la forma de ser creador en la vida. 
Se titula:  El vaso medio vacío

En la feria de arte contemporáneo ARCO, una obra del cubano Wilfredo Prieto, llamada "vaso medio lleno", se vende por 20.000 euros. Y aunque no es seguro que encuentre comprador, tampoco es imposible, pues ya antes el mismo autor ha vendido otras piezas conceptuales (así las llaman) como un trozo de sandía cuadrado (con el título de “Políticamente incorrecto”) o una serie de vasos de plástico con restos de copas (llamado “Escala de valores”). En alguna entrevista publicada en la prensa nacional, explica uno de los propietarios de la galería donde se exhibe la pieza que lo que da más valor a la pieza es el certificado del artista, el decir que tienes en casa un Wilfredo Prieto. Que si uno mismo se quisiera hacer la pieza, por más que pusiera un vaso igual sobre una peana idéntica, no dejaría de ser tan solo una copia.

Arte conceptual, lo llaman. La eterna cantinela de que el arte no es objetivo, sino contextual, y que cualquier cosa puede ser arte si así es percibida y contextualizada. Quizás sea verdad. Quizás haya que recordar a la gente que la mirada al vaso medio lleno (o medio vacío) es una forma de vida, una opción radical, una encrucijada entre el optimismo y la desesperanza. Quizás, adquirir por 20.000 euros una pieza así le gritas al mundo que estás por encima de las pequeñas minucias económicas. O te ríes de ti mismo. O es una forma elegante de subvencionar a un artista. Llámalo mecenazgo contemporáneo.

Pero, ¿qué queréis que os diga? Yo soy de ese otro grupo de personas que, quizás desde una cierta ignorancia, ven en esto un ejercicio de esnobismo, una burla sofisticada del artista hacia los potenciales compradores, una declaración de elitismo o un juego de mal gusto en un mundo de profundos contrastes. Es cierto que lo que está en juego es un concepto. Pero no tanto en cada pieza, sino en el mismo arte así entendido. Un juego de realidades y mentiras, de apariencia y realidad, de subjetivismo estético. De capricho. De novedad imperativa. Y toda una declaración sobre el aburrimiento de un mundo decadente.

Yo prefiero pensar en la creación a la manera del Creador que ofrece vida, libertad y futuro. Y también pienso que si nosotros podemos crear, en nuestro arte, en nuestro trabajo o en nuestras obras cotidianas, pueda ser algo menos “conceptual”, si lo conceptual se va a quedar en un vaso medio vacío.




viernes, 6 de marzo de 2015

Charla coloquio de Fernando Alberca sobre "Cuatro claves para que tu hijo sea feliz"

Quizá os pueda interesar la Charla-coloquio de Fernando Alberca sobre " Cuatro claves para que tu hijo sea feliz" el próximo viernes 13 por la tarde.

Es una charla promovida por la Asociación Tejiendo Sueños. 

martes, 17 de febrero de 2015

El sufrimiento: El otro día, distinguíamos entre dolor (algo físico) y sufrimiento (algo psicológico y existencial). El dolor, los médicos consiguen evitarlo sin mayor esfuerzo. (Gracias Maite a ti y a todos tus colegas). El sufrimiento es otra cosa. Os ofrezco esta reflexión de Pagola. Como todo lo suyo, se entiende bien y lo explica como si estuviese dando clase.
Por José Antonio Pagola:

Tarde o temprano, a todos nos toca sufrir. Una enfermedad grave, un accidente inesperado, la muerte de un ser querido, desgracias y desgarros de todo tipo nos obligan un día a tomar postura ante el sufrimiento. ¿Qué hacer?
1.- Algunos se limitan a rebelarse. Es una actitud explicable: protestar, sublevarnos ante el mal. Casi siempre esta reacción intensifica todavía más el sufrimiento. La persona se crispa y exaspera. Es fácil terminar en el agotamiento y la desesperanza.
2.- Otros se encierran en el aislamiento. Viven replegados sobre su dolor, relacionándose solo con sus penas. No se dejan consolar por nadie. No aceptan alivio alguno. Por ese camino, la persona puede autodestruirse.
3.- Hay quienes adoptan la postura de víctimas y viven compadeciéndose de sí mismos. Necesitan mostrar sus penas a todo el mundo: «Mirad qué desgraciado soy», «ved cómo me maltrata la vida». Esta manera de manipular el sufrimiento nunca ayuda a la persona a madurar.
La actitud del creyente es diferente. El cristiano no ama ni busca el sufrimiento, no lo quiere ni para los demás ni para sí mismo. Siguiendo los pasos de Jesús lucha con todas sus fuerzas por arrancarlo del corazón de la existencia. Pero, cuando es inevitable, sabe «llevar su cruz» en comunión con el Crucificado.
Esta aceptación del sufrimiento no consiste en doblegarnos ante el dolor porque es más fuerte que nosotros: eso sería estoicismo o fatalismo, pero no actitud cristiana. No trata tampoco de buscar «explicaciones » artificiosas, considerándolo castigo, prueba o purificación que Dios nos envía. El Padre no es ningún «sádico» que encuentra un placer especial en vernos sufrir. Tampoco tiene por qué exigirlo, como a pesar suyo, para que quede satisfecho su honor o su gloria.
El cristiano ve en el sufrimiento una experiencia en la que, unido a Jesús, puede vivir su verdad más auténtica.. El sufrimiento sigue siendo malo, pero precisamente por eso se convierte en la experiencia más realista y honda para vivir la confianza radical en Dios y la comunión con los que sufren.
Vivida así, la cruz es lo más opuesto al pecado. ¿Por qué? Porque pecar es buscar egoístamente la propia felicidad rompiendo con Dios y con los demás. «Llevar la cruz» en comunión con el Crucificado es exactamente lo contrario: abrirse confiadamente al Padre y solidarizarse con los hermanos precisamente en la ausencia de felicidad.

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Francisco: “Dios no viene a darnos una lección sobre el dolor, sino a asumir nuestra condición humana”

Algo más sobre las reflexiones que nos ocupan sobre la bienaventuranza de los que sufren... 


"Una vez más el Evangelio nos muestra qué cosa hace Dios frente a nuestro mal: no viene a "dar una lección" sobre el dolor; tampoco viene a eliminar del mundo el sufrimiento y la muerte; viene más bien a cargar sobre sí el peso de nuestra condición humana, a llevarlo hasta el fondo, para librarnos de manera radical y definitiva. Así Cristo combate los males y los sufrimientos del mundo: haciéndose cargo de ellos y venciéndolos con la fuerza de la misericordia de Dios."

"Si el mal es contagioso, también lo es el bien. Por lo tanto, es necesario que abunde en nosotros, cada vez más, el bien. Dejémonos contagiar por el bien y  ¡contagiemos el bien!"

sábado, 14 de febrero de 2015

Dichosos los que sufren...

Recogiendo el reto que nos lanzó Iñaki en su anterior entrada, he ido a la página que nos recomendaba, Fe Adulta, y he buscado un artículo que está muy relacionado con nuestras reflexiones sobre la bienaventuranza que nos habla del sufrimiento...

Es un artículo de J. A. Estrada recogido ahí titulado  ¿ESTÁ DIOS EN HAITÍ?

Salvando lo concreto que lo motivó, la desgracia en Haití, extraigo algunos que sus párrafos ( la imagen no es el del artículo, pero expresa lo que no pocas personas piensan y a lo que responden estas palabras, muy cercanas a nuestras reflexiones en el grupo ):



"Antes que preguntarse por Dios, ¿por qué permite esto?, hay que preguntar al hombre ¿cómo consentimos que tantos seres humanos vivan en la miseria, indefensos ante la naturaleza?(...)

¿Y dónde está Dios? Seguimos esperando milagros divinos que cambien el curso de la naturaleza; apelamos a la Providencia para que intervenga en las catástrofes naturales; rezamos y pedimos prodigios y señales. Y Dios guarda silencio y no actúa como esperamos. No aprendemos de la historia.(...)

El hombre y el universo son obra de un creador que respeta la libertad humana y el dinamismo de la naturaleza.(...)

En cambio, encontraremos a Dios, si lo buscamos identificándose con las víctimas y llamando a los hombres de buena voluntad a la solidaridad y la justicia; si esperamos que Dios nos inquiete, nos provoque y nos llame a colaborar de mil maneras para mitigar el dolor...
 Dios es autor de la historia, en cuanto inspira, motiva y envía para la solidaridad y la justicia. El Dios cristiano no es la divinidad griega que siente celos del hombre y castiga a Prometeo, sino el que se enorgullece de la capacidad para generar vida con la ciencia y el progreso, sólo exigiendo que los recursos naturales se pongan al servicio de todos.

Hay que actuar como "si Dios no existiera" y todo dependiera de nosotros, universalizar la solidaridad y cambiar las estructuras internacionales que condenan a pueblos enteros a la miseria. Desde ahí podemos esperarlo todo de Dios y pedirle que fortalezca, inspire y motive a los que luchan por un mundo más justo y solidario."